Colócate en una postura cómoda, con tu espalda recta. Si te sientes cómoda, cómodo, cierra tus ojos. Si los mantienes abiertos, puedes relajar tus párpados. Relaja también tus músculos de la cara. Siente cómo tu cuerpo está bien enraizado a la tierra. Si estás sentada o sentado, haz espacio en tu columna vertebral, siente el espacio que se hace entre las vértebras cuando tu coronilla se dirige hacia el cielo. Si estás acostada o acostado, deja caer todo el peso de tu cuerpo y siente cómo la tierra te recibe, te sostiene. 

Conecta con tu respiración. Siente cómo el aire entra, percíbelo al pasar por tu nariz, siente cómo hay espacio para ese aire en tus pulmones. Al exhalar siente cómo sueltas ese aire y dejas espacio para volver a inhalar. Respira profundamente y sigue el camino del aire al entrar y regalarte el oxígeno que te revitaliza y observa cómo vuelve a salir, en un constante hacer espacio, recibir y dejar entrar y luego soltar para volver a hacer espacio. 

¿Cómo está tu cuerpo? ¿Hay alguna sensación en tus pies, en tus piernas? ¿En el abdomen, el pecho, el cuello, los brazos, la cabeza? Siente lo que esté presente y sigue respirando, inhalando, exhalando.

Lleva tu atención hacia tu corazón, puedes llevar tu mano hacia él si te ayuda a sentirlo. 

Ahora te invito a recordar, a volver a pasar por el corazón, cuando decidiste venir al encuentro, a recordar eso que sentiste cerquita del corazón y que te dio energía para hacer todo lo que hiciste para llegar hasta aquí. ¡Ya llegaste! ¡Ya llegamos! Y el encuentro lo hacemos todas y todos, compartiendo lo que está presente para nosotros en este momento de nuestras vidas, en esta semana, en estos días.

Si en este encuentro queremos darle espacio a eso que te hace sonreír, ¿Qué estarías haciendo en este encuentro? Imagínate haciendo eso que hace que tu corazón se encienda, eso que te da ganas de moverte, eso que tienes ganas de intentar y te ha estado dando miedo porque es algo desconocido pero que te emociona… ¿qué quisieras intentar? ¿si tuvieras el apoyo de alguien que te acompañe, que te atestigüe, qué te veríamos explorando? ¿Cuáles son esas cosas que sabes que te hacen sentir vivo? 

Tú eres responsable de tu propia experiencia… ¿qué te gustaría invitar a tu experiencia esta semana?

¿Qué te gustaría compartir con las y los demás en este encuentro? ¿Qué regalos quieres dar, en qué puedes servir? Esos regalos pueden verse como tus formas de estar, tus saberes, tus prácticas, tu juego, tus historias, tu participación.

Quizá has imaginado cosas muy concretas, actividades que quisieras estar haciendo o preguntas sobre las que quisieras indagar. Quizá has imaginado algo más general. ¿Qué te gustaría estar experimentando esta semana?… como si esta semana fuera la única semana que tienes… la última semana de tu vida, o la primera semana del resto de tu vida. Si esta semana tienes oportunidad de sembrar para seguir viviendo desde lo que más te importa, qué semillitas quieres sembrar. A estas semillitas les llamamos intenciones. Trae tus intenciones a este jardín.  

Tómate el tiempo que necesites para recibir la imagen de esas semillitas y cuando estés lista, listo, puedes ir abriendo los ojos y escribiéndolas para colgarlas en el cable de ixtle. Cuando hayas colgado las tuyas puedes irte asomando a las que están colgadas ya.  También las niñas y los niños van a traer sus intenciones. Tomemos un tiempo para verlas, leerlas, sentirlas también.